Miguel Barragán
[Huasteca Hoy]
CIUDAD VALLES. A las nueve de la mañana de hoy todavía no abrían la sede del Agua Potable (DAPAS) en Valles y 86 sindicalizados, junto a Alejandro Ballesteros se quedaron esperando por entrar a trabajar, luego de que la Junta Local de Conciliación y Arbitraje diera por terminada la huelga con una ejecución violenta protagonizada por la Policía Municipal y la Estatal.
Uniformados con sus camisas y playeras azules de la DAPAS, quienes fueron expulsados ayer de las instalaciones que mantuvieron ocupadas por 337 días por la huelga iniciada el 31 de octubre del año pasado no pudieron entrar a trabajar porque las instalaciones estaban cerradas.
Luego de un rato, montado en una Suburban dorada, Efraín Lucero merodeó el estacionamiento y llegaba y se iba del lugar.
Después de las 10:30, Edgar Enrique Sánchez González, abogado del director de DAPAS llegó en una camioneta tipo panel a ese sitio afuera de la entrada principal y sin bajarse de la camioneta, abrió la portezuela para decir que no abrirían las oficinas hoy, como él mismo había dicho, porque no había sistema de red en las máquinas para trabajar.
