NUNCA hubiera imaginado Alejandro Ballesteros Corona o Matilde Hernández Méndez, líder y abogado del Sindicato de Trabajadores de la DAPAS que el recuento que efectuó desde la mañana hasta la tarde la Junta Local de Conciliación y Arbitraje (JLCA) para saber si tenía más afiliados en huelga que trabajando el mencionado sindicato, lo ganarían. De hecho, los dos arriba mencionados tenían preparada una extensa discursiva para solicitar un amparo en contra del proceso, del que no creían que resultarían victoriosos…
LOS votos fueron de 104 a favor del Sindicato, contra 99 de la Dirección de la DAPAS a cargo de Marco Antonio Guillén Rivera, quien desestimó el acto que celebraban con vítores y abrazos los sindicalizados, afuera del recinto donde se efectuó el conteo de la Junta…
PERO no es que Guillén haya desestimado propiamente el acto, sino que este acto sólo dio a conocer con números fríos a la JLCA que en realidad sí había suficientes trabajadores en el movimiento parista –que tiene 161 días de haber empezado-, y que, en efecto, la huelga es legítima y debe ser atendida…
VAMOS a hacer un paréntesis: todos sabemos que Ballesteros y Matilde caen gordos, pero ¿se recuenta a los trabajadores para ver si de veras están en huelga o no a casi seis meses de que inició el paro? ¿Qué eso no debió haberse hecho antes del 3 de noviembre del año pasado, cuando todavía había chichiliques en la mesa de los hogares vallenses? Debe tener un récord de tardanza esa diligencia de la JLCA, o si no, ¿por qué la hicieron hasta ahora?…
LA cosa es que siendo legal la huelga, entonces la autoridad de la DAPAS y la Junta de Gobierno, encabezada por el alcalde Adrián Esper Cárdenas por fin se verán las caras con Ballesteros y su apoderado legal, que resultó herido de la boca y sangraba abundantemente cuando dijo que el proceso de la JLCA había sido un recuento cochino, tramposo y desaseado, “así como son en el PRI”, cosa que además de provocarle un mordidón en la lengua, le puede resultar en un procedimiento dentro del partido para expulsarlo por bocón…
DE cualquier manera, luego de la sorpresa, Alejandro Ballesteros por poco abofetea a Matilde para que se callara, porque estaba criticando un proceso que habían ganado, aunque el líder sindical coincidía en que había más cachirules entre los trabajadores que supuestamente eran sindicalizados pero que no apoyaban el proceso que en la Selección Mexicana de Fútbol que compitió para la eliminatoria del mundial de Italia 1990, ya que incluso ellos dicen que gente de un sindicato que nada tenía que ver en el recuento, como es el Artículo 123 estaba incluida en la lista total que tenía la Junta en sus manos…
LO que es cierto es que el total de Sindicalizados de la DAPAS que estaban en proceso era de 189, o sea que les andan sobrando 14 personas que no tenían por qué sobrar, ¿o sí? Ojalá lo expliquen claramente en lo sucesivo, porque pues uno se mete de reportero para no hacer matemáticas, pero esto está muy pasado de rosca, la verdad…
