Jueves 25 de Abril de 2024

Bitácora

La creación de tiraderos clandestinos en la ruta de ocho kilómetros de la cabecera de Valles a Chantol es responsabilidad de los ciudadanos que tiran la basura en sitios donde no se debe tirar, pero donde sí se puede tirar porque ha sido muy suavecita la legislación municipal sobre las multas hacia los que tiran […]

La creación de tiraderos clandestinos en la ruta de ocho kilómetros de la cabecera de Valles a Chantol es responsabilidad de los ciudadanos que tiran la basura en sitios donde no se debe tirar, pero donde sí se puede tirar porque ha sido muy suavecita la legislación municipal sobre las multas hacia los que tiran basura. Pero otra cosa muy diferente es el relleno sanitario.

El relleno sanitario es un sitio que se diseñó (y no se ha terminado) para darle un tratamiento justo a las 170 toneladas diarias de basura que se producen en Valles y, por ser un sitio que debe ser regulado por el Gobierno municipal, entonces es responsabilidad del Ayuntamiento terminarlo, primeramente, darle un uso adecuado, administrarlo y vigilarlo.

Cuando el director de Obras Públicas, Alberto Machuca afirma que no es culpa del Ayuntamiento que los ciudadanos se acerquen al relleno y vuelquen sus depósitos de basura en las márgenes del foso de recepción de inmundicia, está diciendo una verdad a medias, porque, en efecto, los ciudadanos que van hasta ese lugar se han visto en la libertad de ser lo suficientemente desaseados para provocar un cochinero en ese lugar, pero los mismos ciudadanos no tendrían esas libertades si el relleno estuviera terminado (otra vez) y si se administrara correctamente para vigilarlo y que no pasara una cosa así.

Pues resulta que la Secretaría de Salud intentará reivindicarse del macabro error cometido con un par de familias que perdieron a niños recién nacidos y a las que se les entregaron los bebés equivocados para ofrecerles exequias y sepultura, así que el expediente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos que hay al respecto será requerido por la subdirección jurídica de la dependencia de salud y algunos funcionarios podrían ser sancionados hasta con el despido, dada la gravedad de la distracción que ahondó más el drama de haber perdido a un familiar de días de nacido. A veces no queda de otra más que ser riguroso.

David Medina Salazar, excandidato del PAN a la alcaldía de Valles se encuentra muy molesto con los regidores que entraron al Gobierno actual gracias a los votos que el constructor ganó en las unas y que, en lugar de propiciar una oposición real, parecen perdidos en sus argumentos y en sus trabajos dentro del Cabildo, en donde ni siquiera se dejan escuchar, como debe ser y con argumentos inteligentes. Lo más extraño de todo es que parece que la política de amigos y de cercanos que practica el alcalde le ha ganado muchos adeptos dentro de su Gobierno. Ahora sólo falta que mantenga las simpatías que ganó con trabajo de obra pública  y con acciones que se comiencen a ver a casi cinco meses de haber comenzado la administración.

La lengua materna de los tének de Valles está desapareciendo paulatinamente porque ese código de lenguaje en efecto, es la primera lengua que los niños de la zona tének tienen, antes que el español, como lenguaje oficial del país, pero esa desaparición está ocurriendo porque los festejos a favor de las etnias originales del territorio nacional tienen quizá hablantes y algunos maestros de ese lenguaje, pero la discriminación continúa, porque no se hacen estudios serios de la historia de esa lengua, de la filosofía que está detrás de ella y de la cosmogonía que envuelve el mundo que es descrito, hablado y pronunciado por esa habla diferente al español.

Es una tragedia que un lenguaje mengüe, porque es señal de que las direcciones culturales y los institutos lingüísticos están más ocupados peleando con imbéciles que hablan lenguaje inclusivo que en preservar esos sistemas de comunicación. Ojalá alguien le entre al quite.

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