El regidor Néstor Alejandro Rivera Aguilera, panista de cepa, primo político de David Medina Salazar y constante opositor de las disposiciones y las políticas del actual Gobierno encabezado por Adrián Esper Cárdenas, cambió de repente y anda muy sedita con todos, al grado de que pareciera que ya fue convencido de pasarse al lado las políticas del presidente para que deje de cuestionar lo poco que ha hecho esta administración.
Está raro, porque su postura es de choque y confrontación por obvias razones, ya que él platica de cerquita con el contrincante electoral de Esper Cárdenas, David Medina Salazar y porque además tienen un parentesco político, así que habrá que ver si no hubo un acercamiento de los incondicionales del alcalde, Marco Antonio Conde Pérez (MORENA) o Lupillo Contreras Pérez (priista con piel de independiente), porque eso causaría un cisma en la oposición que apenas se perfila dentro de la ciudad y que, por obvias razones de resultado electoral, encabezaría el constructor que peleó por la coalición Por San Luis al Frente (PAN-PRD-MC).
Es decir, el único contrapeso real, mientras se descubre la tesitura actual de Néstor Rivera, es el regidor de Movimiento Ciudadano (MC), Andrés Sánchez Montemayor, quien es otro elemento cercano a David Medina, pero por el lado de Jesús Medina Salazar, director de la Comisión Estatal del Agua, ya que el Movimiento Ciudadano, en Valles, es un proyecto del gurú del regidor, el exdirector de la DAPAS (2007-2009) Jaime Yáñez Peredo y que se convertirá en una estrella de los opositores, si es que Néstor ya decidió hacerse amigo del régimen, cosa que no se duda, porque hace tiempo Conde Pérez se convirtió en un cercanísimo al alcalde, al grado de desplazar por un tiempo a un Lupillo Contreras que por poco y se suicida tomándose altas dosis de té sensual.
Ahora bien, hablando de panistas, pues resulta que el Comité Ejecutivo Estatal del PAN ha decidido irse por cualquiera de las dos vías para que haya representatividad del partido en Valles: o nombrar una delegación o llamar a elecciones internas, porque la protesta de los regidores panistas y de los blanquiazules distinguidos de Valles les caló hondo (no por orgullo partidista), sino porque la amenaza de los panistas de Valles era que suspenderían su pago de tributo al partido, mientras se mantuviera abandonado el instituto político.
En plena vena de rebeldía, el alcalde Adrián Esper Cárdenas manifestó que él no fue a la reunión de alcaldes con el Gobernador, Juan Manuel Carreras López, para verificar los fondos federales y estatales que le tocan a cada Ayuntamiento, porque de nada servía su presencia ahí, cosa en la que tiene algo de razón, ya que en esos eventos, en sí, no se le entrega nada a los munícipes, sino que se les notifica el monto presupuestal que le toca a cada uno, pero no se puede gestionar nada, porque no pasa de ser un evento protocolario.
Sin embargo, el alcalde está dando a entender que para él los protocolos y lo políticamente correcto no le va y que a perder el tiempo a la capital del estado, pues no iba a ir, porque tenía cosas que hacer en Valles, cosa a la que tiene derecho, claro, pero que lo aleja de a posibilidad de tener una relación de cordialidad con el mandatario estatal, por si se llagase a ofrecer una subvención extra para Valles.
En otro tema, el alcalde dijo que si se lo manda un juez, él se sentará a dialogar con Alejandro Ballesteros, líder del Sindicato de DAPAS pero sólo para decirle que el municipio está muy bien con él y que no lo quieren más ahí donde está, ¿negociar? Para nada.
