La presunción de que pudiera haber un enojo entre la primera dama del Estado, Lorena Valle, y la que será la secretaria general del PRI, Yolanda Cepeda Echavarría, enojó a ésta e incluso presumió que es amiga de la esposa del Gobernador, presidenta del DIF en la entidad.
La pregunta surge debido a que muchos priistas no están muy conformes con la tripleta de Elías Pesina Rodríguez, Yolanda Guevara y, en las operaciones, Edmundo Torrescano, ya que el priismo operador y de base había manifestado estar harto de que las cúpulas decidieran y que necesitaban priistas de a pie, de los que sí trabajan por los proyectos del instituto político, no de los que saben farolear y trabajar solamente por sus proyectos personales.
Y de hecho, la suspicacia crece, porque el trabajo de Pesina y de Cepeda no es para nada el más ejemplar o el más sacrificado de que se tenga memoria, arguyendo, gran parte de los tricolores planes que nada tienen que ver con el beneficio para el PRI.
Y es que los priistas saben cómo actúan los priistas cuando se trata de hacer negociaciones o alianzas fácticas para beneficiar a actores políticos y no a partidos, por eso se sienten inseguros, porque de bote pronto, se configuró un priismo de seguimiento que será fiscalizado a pie juntillas por el ahora expresidente Martín Juárez Córdova, pero sin un objetivo claro, porque el PRI no tiene aspirantes fuertes o figuras que hayan saltado al claro y que pudieran tener el arrastre o popularidad para comenzar a trabajar con ellos.
Al contrario, el PRI viejo y fuerte del pasado reciente anda emocionado con hacer trabajos a favor del panista que gobierna al capital, por cuestiones de familia y de relaciones sociales y el priismo de la CROC, que aglutina muchos simpatizantes de peso real en la institución está a un tris de convertirse en el partido “Vamos” y que desfalcará de militancia al viejo priismo pues la cosa se pone más rara cada vez.
Y, para acabarla de fregar, René Fujiwara y Fernando González, nieto y yerno de Elba Esther Gordillo Morales, la excarcelada que parece tener el aval de López Obrador para retomar el poder absoluto en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, están urdiendo un partido desde hace un año que sustituirá al PANAL, desaparecido a Dios gracias por pérdida de registro en la escena nacional y que se llamará Redes Sociales Progresistas (RSP), nombre que alude a dos conceptos: el del socialismo de oropel que venden los populistas y el término “redes sociales”, que son la plaza pública de esta modernidad.
Lo interesante es que Redes Sociales Progresistas ya cuenta con un cuarto de millón de afiliados, porque su base es el magisterio y el desaparecido PANAL, así que obtener el registro en el Instituto Nacional Electoral va a ser pan comido, más aún porque están aprovechando la intacta popularidad del actual presidente, a quien usan como efigie en sus mantas y sus imágenes iniciales.
El PRI tendría que renovarse con las bases, pero desafortunadamente los jóvenes de esta institución no son rebeldes naturales de la asociación política, sino que, en aras de mantenerse cerca del poder, se esterilizan a sí mismos, a las órdenes de sistemas que a veces ya están caducos.
