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Para enfrentar situaciones inesperadas como un terremoto, un huracán o el reciente problema de distribución de las gasolinas, las empresas deben protegerse con la implementación de un esquema de gestión de riesgos, consideró la empresa INTERprotección.
Refirió que los riesgos o eventos disruptores, que se consideran poco probables a ocurrir e imposibles de predecir, son los que pueden causar mayor afectación a la continuidad de la operación de un negocio y el tema de la gasolina, como se observó en los últimos días, es uno de ellos, porque afecta a las empresas de diversas maneras directas e indirectas según su giro.
En un comunicado, la compañía precisó que el primer paso al desarrollar un esquema de gestión de riesgos es configurar un Plan de Continuidad.
Lo anterior significa establecer un proceso que aborda las distintas situaciones que ponen en riesgo la operación del negocio y las diferentes medidas que la empresa puede tomar para evitarlo o reducir las afectaciones, con lo cual se evita comprometer la salud financiera del negocio.
El director de Control de Riesgos en INTERprotección, Patrick Old, aseguró que “contar con un esquema de identificación pronta y un proceso análisis de los riesgos que pueden afectar la operación para establecer medidas de prevención o contingencia, es la mejor forma de minimizar el efecto de un evento como el de la gasolina”.
Para las empresas que dependen de combustible para realizar sus operaciones, el experto recomendó identificar a los clientes más importantes y dar aviso de los posibles problemas o retrasos en la distribución o atención de la mercancía o servicio, a fin de minimizar las posibilidades de sufrir una demanda ante el incumplimiento del contrato.
Además, sugirió, adecuar o mejorar los sistemas de prevención de incendio en los almacenes, debido a que algunas empresas decidieron almacenar combustible para ofrecer servicio en condiciones “normales”.
Sin embargo, esto incrementa el riesgo de incendio en las instalaciones, por lo que deben considerarse medidas de seguridad adicionales como aterrizado de tambores metálicos, sistemas de contención de derrames, sistemas adicionales de protección (como extintores a base de espuma) y almacenaje en lugares ventilados y sin instalaciones eléctricas.
Recomendó además considerar el uso de combustibles alternos, por ejemplo, el uso de etanol al 15 por ciento para aquellas unidades que puedan utilizar dicha mezcla, y gas LP para aquellas unidades equipadas con el sistema.
Para Patrick Old, “pueden implementarse también algunas acciones de forma interna en las empresas para hacer frente al desabasto de gasolina”, como identificar al personal clave para la continuidad de procesos críticos y evaluar actividades que puedan hacerse desde casa, en caso de que el desabasto se agudice o se prolongue.
Asimismo, ofrecer transportes alternos a los colaboradores (bicicletas, transporte público, scooters, entre otros) y organizar rondas entre colaboradores.
