Sábado 20 de Abril de 2024

Demandan justicia para mujer torturada

Rubén Pacheco [Huasteca Hoy] “Su alegría se acabó…Es otra (…) ¿Quién le va a devolver haberse perdido del crecimiento de sus hijos? Su vida se la robaron”, reclamó María Dolores Magdaleno Tobías, tía de María Magdalena Saavedra Magdaleno, potosina abusada sexualmente y torturada por marinos y policías federales en 2013. Después de más cinco años […]

Rubén Pacheco

[Huasteca Hoy]

“Su alegría se acabó…Es otra (…) ¿Quién le va a devolver haberse perdido del crecimiento de sus hijos? Su vida se la robaron”, reclamó María Dolores Magdaleno Tobías, tía de María Magdalena Saavedra Magdaleno, potosina abusada sexualmente y torturada por marinos y policías federales en 2013.

Después de más cinco años de prisión por supuestos delitos federales, el 9 de noviembre pasado María Magdalena de 51 años de edad, obtuvo su libertad luego de estar recluida en el Centro Federal de Readaptación Social número 16 femenil Morelos, localizado en Coatlán del Río, Morelos.

Antes de ser violentada por las fuerzas federales ese 10 de mayo de 2013, poco después de la medianoche del Día de las Madres, era propietaria de un pequeño negocio de peluquería y manicure de la capital potosina.

En entrevista, Magdaleno Tobías narró que su sobrina físicamente se ve normal, sin embargo, en lo emocional es diferente al grado de que no puede estar en lugares muy concurridos, ni tampoco sola.

“Tiene crisis de pánico, tienes crisis…tiene ausencias. Nos topamos que ahora que llegó para nosotros fue muy doloroso…no nos reconoció a algunos…somos su familia y no nos reconoce”, refirió con una voz entrecortada.

Criticó que en su momento las autoridades expusieron a su familiar como una criminal de alto nivel y la trataron como tal. “Fui a Derechos Humanos y a Amnistía Internacional, a fin de que me le pudieran apoyar porque ella estaba totalmente desquiciada”.

En el informe 2016 “Sobrevivir a la muerte-tortura de mujeres por policías y fuerzas armadas en México”, elaborado por Amnistía Internacional (AI), se detalla que los referidos elementos la llevaron a un edificio donde le aplicaron descargas eléctricas en la vagina y la boca.

“Los marinos empezaron a golpearla, mientras le gritaban y le preguntaban: “¿Dónde está el dinero?” (…) Le pusieron una bolsa en la cabeza hasta que perdió el conocimiento. Luego la metieron en una camioneta, siguieron golpeándola y la violaron con objetos”, relató AI en su reporte.

El 9 de agosto pasado, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitió la Recomendación 48/2018, en la cual comunicó que fue torturada por seis elementos de la Policía Federal (PF) y de la Secretaría de Marina (Semar); la amenazaron con “cocinarla”.

De acuerdo con el expediente de queja CNDH/5/2016/5974/Q, la víctima escuchó un fuerte ruido como si estuvieran tumbando las puertas de la casa y rompieron vidrios, rápidamente encendió la luz y observó a un hombre encapuchado que le apuntó con un arma larga a la cabeza, acompañado de otras personas.

Después de ello, narró que comenzaron a propinarle puñetazos en la cara a la altura de la nariz y varias cachetadas, esto frente a sus hijos que se encontraban con ella llorando y su madre, ubicada en otra habitación.

Mientras la fémina denunció lo anterior, los marinos y federales afirmaron en sus informes, que ingresaron a la casa, donde la acusada “se encontraba empuñando con ambas manos un arma de fuego larga y dirigiéndola hacia nosotros”, por lo cual, le pidieron que la dejara en el suelo, lográndolo para luego asegurarla.

Los agentes federales y los marinos la pusieron a disposición, por su probable participación en los delitos de portación de arma de fuego y posesión de cartuchos del Ejército, Armada y Fuerza Aérea Nacional, así como contra la salud en su modalidad de narcomenudeo;

Según el Dictamen Psicológico Especializado para Casos de Posible Tortura o Maltrato de Peritos Médicos Forenses de la Coordinación General de Servicios Periciales de la PGR, se encontró concordancia entre las fuentes de información y las alegaciones de tortura y malos tratos psicológicos hechas por la afectada.

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