Miguel Barragán
[Huasteca Hoy]
Nos la pasamos hablando de la historia de la abuelita o de la narración de los viejitos, pero Valles está a punto de cumplir 500 años y no hay una historia de los casos de interés de esta tierra, hecha por vallenses, se quejó el arqueólogo e historiador, Guillermo Ahuja Ormaechea.
Cada cumpleaños de Valles, que este 2018, celebra el 485, más que San Luis Potosí, Querétaro, Zacatecas o Monterrey, se hace lo mismo: exposiciones de fotos que datan, quizá la más antigua de la década de los años veinte del siglo XX y se hacen narraciones sobre los que comenzaron a traer el progreso a Valles, como si ésta hubiera sido fundada en 1910 o 1920, no tres siglos y medio antes, reprocha el arqueólogo.
Ya más atemperado, agregó que es bueno tener esas memorias fotográficas y las memorias vivas de personas de la tercera edad, lúcidas que hablen de la época posrevolucionaria o del periodo del Caudillismo, “pero Valles va cumplir cuatrocientos ochenta y cinco años y parece que solamente recordamos a las familias que trajeron la luz o pusieron el tranvía ¿y el siglo diecinueve y el dieciocho o el diecisiete?”, se preguntó.
Hay textos, pero hay que reeditarlos y prestarlos a los ciudadanos, considera.
En Valles hace falta que haya historiadores hablando de la época de Nuño de Beltrán de Guzmán, de la historia de la ganadería, de la esclavitud, de las misiones católicas, que a la sazón eran las que controlaban políticamente la región, pero no sólo eso, se debería tener un registro en libros, en colecciones facsimilares, en revistas especializadas y el Archivo Histórico debería ser un proyecto para que se tenga conciencia de la verdadera historia de Valles, y que no se piense que la historia de Valles es Cantinflas, Jorge Negrete o un señor cruzando el río en un chalán.
