Miguel Barragán
[Huasteca Hoy]
Rinden homenaje de cuerpo presente a la comerciante de comida, Reyna Sánchez, justo a un lado de su local, en el mercado Valles 85, donde los comerciantes y amigos la recordaron con anécdotas.
Ayer, una centena de personas se reunieron en el fondo del mercado, hasta donde está la barra del negocio de Reyna, quien falleció por fallas renales que le provocaron las dolencias de hipertensión que había tenido desde hacía muchos años y, aunque estaba dentro de su féretro, sus compañeros locatarios, amigos, conocidos y demás ciudadanos le hablaban como si estuviera atendiendo tras la estufa, donde hizo famosos sus guisos caseros y el menudo.
La recordaron con anécdotas rápidas, pero sentidas y muchas otras personas lloraban inconsolablemente, como si hubiera sido su familiar. “Jefa, tengo hambre”, pidió un hombre corpulento que se quebró por completo y que le hablaba a la caja con la misma familiaridad con la que llegaba al negocio. Los locatarios se unieron y dejaron sus rencillas por unos minutos, en los que estuvo de cuerpo presente la mujer que los unió durante años.
Guillermo Cervantes, hijo de doña Reyna Sánchez, dijo que el negocio de comida seguirá trabajando, aunque la sazón cambiará, seguramente.
