Javier Cervantes
[HuastecaHoy]
SLP.- Bajo el concepto de instalación olímpica, vio la luz primera el estadio “Plan de San Luis”, coliseo de las más enconadas contiendas deportivas en la tierra de las tunas, un 20 de noviembre del lejano 1957, localizado en el sector de Alamitos de la capital potosina.
Seis décadas alcanza este día el inmueble que declaró oficialmente inaugurado el Lic. Adolfo Ruiz Cortines, presidente de la República Mexicana, ante la presencia del Gobernador del Estado, Manuel Álvarez López, según reza la placa alusiva del trascendente hecho para la sociedad potosina, además de otros asistentes que representaban a las autoridades como el profesor Fausto González, responsable del deporte en San Luis Potosí.
Entre fanfarrias, globos multicolores y el estruendo de cohetes, aquella cálida y colorida mañana de miércoles 20 de noviembre de 1957 marcó el inicio de una glamorosa etapa para el deporte potosino, sobre todo para aquellas disciplinas como el atletismo y el futbol soccer, aunque el “coloso” también albergó eventos de carácter cívico, musical o político, desde los Tigres del Norte hasta la fallida presentación de Black Sabath en octubre de 1989, satanizados por el clero, fueron programados.
El escenario comprendía originalmente la pista de arcilla, el área propia para el salto de longitud, para lanzamientos de martillo o jabalina, la cancha oficial de futbol, una techumbre en la zona preferente de sombra, palcos, estacionamiento, un aforo para 15 mil personas aproximadamente, aunque llegó a darse sobrecupo con cifras mucho muy arriba de las permitidas.
Ahí hicieron historia atletas como el profesor Manuel Lozano, Eladio Campos Alemán, Ismael Hernández, Oliveros de la Torre, Bernardino Pichardo, Carlitos Martínez de Anda, Luis Federico Vera Fábregat, Nicolás Montejano, Fernando Montelongo, Eduardo Castro, Armando Quintanilla, Yolanda González, Gloria Ramírez, interminable fila de fibrosos deportistas que dieron lustre a San Luis Potosí, por espacio de tres décadas forjados en la pista del “Plan de San Luis”, cuyo nombre hace referencia al documento concebido y promulgado por Francisco I. Madero en 1910 en San Luis Potosí.
Asimismo, el estadio fue testigo mudo de la mágica época del futbol profesional en San Luis Potosí, que comienza desde el traslado de la “Trinca Tunera” del estadio “20 de Noviembre” más propio para el béisbol, al reluciente “Plan de San Luis”, para continuar con la primera temporada en segunda división en 1957.
Y luego los maravillosos ascensos, con las tribunas hasta el tope y una afición que comulgaba con los protagonistas del juego que más se practica en el orbe, recordándose aquella imagen de Toño “Carrizos” Carrizales por sector derecho con su diabólica filigrana que pocos rivales alcanzaban a descifrar, una retórica entre el balón y el pie, que obligaba a los aficionados a levantarse de sus asientos.
¡Qué viva el San Luis!, ¡qué viva el San Luis! Era la arenga de Toño y sus Apóstoles líder de la porra potosina en la tribuna. El estadio se iba llenando conforme ríos de aficionados hacían su arribo, a pie o a bordo de los camiones urbanos de Circunvalación o Estadio Olímpico, que asemejaban sardineras, pues había que estar con el San Luis, luego con el Atlético Potosino o ambos en el fugaz clásico.
“Chacha” del Peral, “Pantera” Mancilla, “Chango” Montoya, “Viejo” Pérez, Domingo “Araña” Ramírez, Marco Antonio Martínez, Heriberto Lizaola, José Camacho, David Atisha, Julio “Fanta” Valadez, Marino Guevara, David “Garita” Hernández, Pilar Reyes, Tomás Boy por citar algunos.
Más tarde, el mundialista del 86, Carlos Muñoz Remolina, Luis Delgado, Jaime Hernández, Isidoro García, Víctor “Harlem” Medina, los más recientes Rildo Procopio, Omar Domínguez, “Pato” Ayala, Lupillo García, José Enrique García, Marcelo de Faria en fin, una lista interminable que pisó el césped del “Coloso de Alamitos”.
Entre los extranjeros que llegaron Pedro “Chico” Araya, deslumbrante extremo chileno que llenó de alegría los corazones del aficionado, Ciro Barbosa, el guardameta argentino con sus intrépidas incursiones más allá del medio campo; el charrúa Ricardo Brandón, el finísimo mediocampista Lalo Peralta; Roberto Matosas, otro gran sudamericano Nery Castillo, llenando gloriosas páginas y en fin, sólo son algunos de los muchos nombres que debieran estar inscritos para la posteridad en ese recinto futbolístico por excelencia de aquellos ayeres, que ya es sexagenario.
Por lo pronto, hoy las mañanitas le corresponden al estadio “Plan de San Luis”, orgullo potosino.
