Miercoles 24 de Abril de 2024

La Huasteca, cuna de revolucionarios

Rrecuperan relatos de participantes en la lucha mexicana del siglo XX

Miguel Barragán

[Huasteca Hoy]

La historia de Valles es una serie de anécdotas y de historias sueltas, como las de una baraja que se ésta reuniendo, luego de haber extraviado cada una de sus cartas, según el argumento de la cronista de Valles, Belén Altamirano Izaguirre, quien ha ido recopilando testimonios y documentos que han servido para darle tantita forma al pasado y al copretérito que transcurre neblinoso en el ayer.

De acuerdo con un texto breve que ella ha ido escribiendo conforme se entera de cosas del pasado, Valles y la Huasteca pueden presumir de tener a nueve revolucionarios que participaron activamente en el Plan de San Luis, en el repudio a don Porfirio Díaz, en las incursiones villistas y en las poco documentadas intentonas militares que hubo en Valles.

Como se dijo, Belén hace de historiadora en un pantano denso y oscuro, de donde rescata lo que puede, porque los historiadores se han concentrado en otros puntos de SLP que en la Huasteca, que es pieza clave en el noreste del país en todos los estadios de la historia.

Los meros, meros

Entre los revolucionarios que ha reunido Belén están puros muchachos ricos que estuvieron de acuerdo con el movimiento revolucionario o con la defensa del Gobierno, según como haya tocado la época, que nacieron entre los años 1860 y 1880. Todos ellos fueron connotados hombres, primero por apellido y luego por acciones. Una cosa que hay que destacar es que, aunque pertenecían a familias internadas en el sinuoso centro de la Huasteca, sus familias y ellos mismos se procuraron educación media superior en San Luis Potosí y luego carreras profesionales (abogacía y agricultura, eran las carreras más solicitadas por esta élite) que cursaron en el Instituto Científico y Literario de San Luis Potosí, hoy Universidad Autónoma de San Luis Potosí, o sea que esos “revoltosos” que califica con acritud mucha gente devota al porfiriato eran hombres doctos y acaudalados que le dieron forma a lo que hoy es la Huasteca y México.

Pedro Antonio Santos Rivera fue abogado de Francisco I. Madero cuando estuvo preso, por ser parte de un movimiento democrático que execraba de Porfirio Díaz. Después participó activamente en la lucha armada. Murió fusilado a los 24 años de edad. Era de Tampamolón.

En ese mismo tenor está Samuel de los Santos, hermano de Pedro Antonio.

Otro reformista de principios de siglo es el hombre que con más cariño recuerda el vallense promedio: Rafael Curiel Gallegos, quien no sólo fue condecorado en la Batalla del Ébano, sino que fue constitucionalista en 1917 y además gobernador de San Luis en 1922.

Tomás Oliva Bañuelos fue quien trajo la electricidad a Valles, para poner la hielera y purificadora Aurelita, pero a la edad de 15 años, cuando un muchacho va entrando a la prepa, él ya combatía contra las huestes porfirianas. Participó en casi todas las batallas vallenses.

Domingo Candelario fue el primer alcalde de origen tenek de la historia de Valles, pero antes, salió de su ejido muy joven para activarse contra Porfirio Díaz y después contra Victoriano Huerta, quien mandó matar a Francisco I. Madero.

Francisco Rodríguez Gómez fue un baluarte en la Batalla de Zacatecas y capitán primero del general Pancho Villa. Vino a la Huasteca porque su hija se casó con un hombre de la región y en la Batalla del Ébano ayudó a muchos soldados con sus conocimientos de medicina.

Emeterio Velarde fue un levantado contra el porfiriato pero en la batalla del Abra fue acribillado. Fue alcalde de Valles.

Los hermanos Lárraga fueron los connotados Manuel y Leopoldo. Eran juniors de Tanlajás y hombres instruidos en San Luis capital. Bandearon como el vendaval político les iba indicando, pero ambos fueron activos extraordinarios de la Batalla del Ébano, cuya estrategia defensiva hizo que los villistas vinieran a morir y perder a la Huasteca.

Muchas más cosas faltan por relatar. La cronista Belén sigue con su labor recopilatoria.

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