Daniel Vázquez
[Huasteca Hoy]
SAN ANTONIO. Un militar retirado se suicidó al interior de su domicilio, dándose un disparo en la boca; andaba briago y se puso muy agresivo, es lo que comentó la esposa a las autoridades.
El martes por la tarde Javier Hernández Villasana de 36 años de edad, vecino del ejido El Huayal anexo a la comunidad El Lejem, se puso a discutir con su esposa.
Se había tomado casi por completo una botella de vino, y como cada que se ponía borracho se tornaba agresivo, la esposa de nombre Basilia, decidió salirse de la casa y así evitar más problemas.
Incluso la señora mencionó que antes de irse su marido sacó una pistola calibre .9 milímetros, que conservaba luego de haber causado baja por retiro de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), y decía que iba a disparar, por eso ella tenía miedo y se alejó.
Pero apenas había caminado unos metros cuando escuchó una detonación, entonces ya no siguió, regresó a su casa para ver qué había hecho su marido.
Basilia se llevó la peor impresión de su vida al encontrar muerto a Javier, estaba sangrando de la boca y de la cabeza, por eso inmediatamente avisó a las autoridades comunales, que a su vez hicieron un reporte al Sistema de Emergencias 911.
Policías ministeriales y municipales acudieron, acordonaron la zona, y después llegó un perito de la Subprocuraduría de Etnias para dar fe.
No se encontraron huellas de violencia, por eso se estableció que fue un suicidio. Javier se disparó a sí mismo en la boca, el proyectil entró por el paladar y salió en la parte posterior de la cabeza (occipital).
No hubo delito por perseguir y el cuerpo fue entregado a la esposa para que iniciara los trámites funerarios.
